El futurismo y ruidismo: entusiasmo por la tecnología y el sonido de las nuevas máquinas

Contexto histórico

El futurismo y el ruidismo nacen al principio del siglo XX en una Europa convulsa, marcada por la Revolución Industrial, la expansión del ferrocarril, la mecanización y la llegada de la electricidad, así como por el ambiente de tensiones previas a la Primera Guerra Mundial. El deseo de ruptura con el pasado que se respiraba en las artes se tradujo en un rechazo del romanticismo decimonónico y en la búsqueda de nuevas formas de expresión.


En este mismo periodo surgen otras vanguardias musicales y artísticas:

  • Impresionismo (Debussy, Ravel), con su interés por el color y la atmósfera.
  • Expresionismo y serialismo temprano (Schoenberg, Webern), con su exploración del atonalismo y la carga psicológica.
  • Neoclasicismo (Stravinsky, Prokofiev), que recupera formas antiguas con un lenguaje moderno.
  • Posromanticismo (Mahler, Strauss), que lleva al extremo las posibilidades de la orquesta y la emoción.
  • Cubismo y Dadaísmo (Picasso, Duchamp, Tzara), que rompen la linealidad y la representación tradicional en arte.

Dentro de este entorno, Erik Satie y Stravinsky mantienen conexiones con el futurismo: Satie con su Parade (1917), donde incorpora ruidos de máquinas, y Stravinsky con La Consagración de la Primavera (1913), con su vitalidad rítmica y rupturista, anticipando el culto al ritmo y al movimiento.




Un arte de vanguardia italiana: Marinetti y Russolo



Se trata de un movimiento artístico que tiene su raíz en Italia. El futurismo nace oficialmente en 1909 con el Manifiesto Futurista de Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944), escritor y poeta italiano, quien abogaba por glorificar la velocidad, la violencia y la energía de la vida moderna.

En 1913, Luigi Russolo (1885-1947), pintor y compositor, publica El arte de los ruidos (L’Arte dei Rumori), proponiendo que la música debe incorporar los sonidos de las máquinas y la vida industrial, que forman parte de la nueva realidad.

Russolo y Marinetti, ambos vinculados al círculo futurista, entrelazan sus ideas en la creencia de que el arte debía romper con las convenciones académicas, integrar la velocidad y el ruido, y alinearse con el progreso tecnológico y el espíritu de la modernidad.


Características de esta forma de arte


Para muchos una locura y para otros un rumbo lógico para explorar nuevas vias sonoras. En cualquier caso el futurismo y su coriente musical como es el bruitismo pone el foco en los siguientes aspectos clave:

  • Culto a la novedad y al mundo moderno, rechazo del pasado y búsqueda de una estética de la velocidad.
  • Incorporación de ruidos industriales y cotidianos como material artístico, utilizando sonidos que antes se consideraban no musicales.
  • Interés por el movimiento y la fragmentación del discurso musical, explorando el ritmo, los micro-intervalos y la polirritmia.
  • Improvisación y libertad, con influencia en el dadaísmo y el surrealismo.
  • En pintura, se refleja en la influencia de Seurat (cronofotografía), el cubismo y la división del color.
  • En música, se opone al academicismo de Wagner y Debussy, buscando un lenguaje brutalista y directo.
  • Tras una fase de adhesión al fascismo, surgieron tensiones internas que fragmentaron al grupo futurista.


Nuevos instrumentos: el Intonarumori y el Rumorharmonium (Russolophone)

Luigi Russolo diseñó los Intonarumori (generadores de ruidos): cajas equipadas con altavoces, manivelas y palancas que permitían reproducir sonidos como zumbidos, rugidos, estruendos, siseos y crujidos. Cada máquina se especializaba en un tipo de ruido (hululeurs, grondeurs, crépiteurs, siffleurs, etc.).

En 1914, Russolo agrupa estos sonidos en un Rumorharmonium o Russolophone, un piano derecho adaptado para emitir ruidos con una organización tonal, anticipando las exploraciones electrónicas y de síntesis sonora del siglo XX.


Obras características

  • Luigi Russolo: Art des bruits (1913)
  • Francesco Balilla Pratella: Inno alla vita (1912), Gioia (1913)
  • Erik Satie: Parade (1917)
  • Arthur Honegger: Pacific 231 (1923), Rugby (1928)
  • Sergei Prokofiev: Le Pas d’acier (1925)
  • Alexander Mossolov: Fonderie d’acier (1926)
  • George Antheil: Ballet Mécanique (1927)



El futurismo se asienta en Rusia: Cómo y por qué

El futurismo ruso, inspirado por el italiano, surge con carácter individualista y anarquista, para luego estructurarse en los años 1910 con manifiestos como Le Gifle au goût du public (1912) de Maiakovski, Khlebnikov y Kruchionykh.

En Rusia, el entusiasmo por la máquina, la industria y la revolución encajó con la visión futurista, convirtiéndose en vehículo de expresión del deseo de ruptura tras la Revolución de Octubre, impulsando exploraciones radicales en poesía, pintura y música, y marcando una influencia clara en compositores como Mossolov.


El legado de estos estilos en la música del siglo XX y en la actualidad

El futurismo y el ruidismo sentaron las bases para:

  • La incorporación del ruido en la música (Varèse, Cage, musique concrète).
  • La música electrónica y electroacústica.
  • Las corrientes minimalistas y el uso de loops industriales.
  • El interés en el paisaje sonoro (soundscape).
  • La influencia en géneros como el noise, la música industrial y diversas corrientes experimentales actuales.

Su entusiasmo por la máquina y la vida urbana abrió nuevas posibilidades para repensar qué es música y qué es sonido artístico, dejando un legado perdurable en la exploración sonora contemporánea.


Bibliografía


  • Historia de la Música Occidental (Grout-Palisca), capítulos sobre las vanguardias del siglo XX.
  • Diccionario Enciclopédico de la Música (Vergara), entradas de “Futurismo”, “Russolo”, “Marinetti”.
  • Estética y música moderna (Boulez, Adorno), sobre las vanguardias y el ruido en la música.
  • Apuntes de “Bruitisme, Futurisme” (documento escaneado en preparación de entradas para el blog).


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