Neoclasicismo musical: el arte de mirar al pasado con ojos modernos
Siempre he visto el "neoclasicismo musical" desde una mirada de entusiasmo por lo "retro". Es decir, alguien a quien le gustan los coches y/o las motos y quiere comenzar con su restauración fija el enfoque:
Lo hago exactamente igual que era (en música sería un ejercicio de estilo).
O mantengo lo absolutamente identificativo y le añado elementos actuales (ejemplo: un R5 al que le abres el capó y ves que contiene un motor eléctrico).
El neoclasicismo musical, como veremos en este post, recoge las formas más características del pasado y les superpone una visión moderna. Cada compositor genera en su interior un sentido armónico y melódico propio que contrasta enormemente con lo que fueron. Mantiene el esqueleto formal y retrabaja el aspecto armónico.
Vamos a ver por qué y de dónde sale esta idea.
Contexto histórico y social
Tras la Primera Guerra Mundial (1914–1918), Europa vive un momento de gran inestabilidad: la caída de imperios, la devastación económica, la pérdida de fe en la razón y una profunda crisis de valores. En este escenario, el arte busca refugio y respuesta. Mientras unos optan por romper con todo (expresionismo, dodecafonismo, surrealismo), otros proponen una vía de reconstrucción estética: el neoclasicismo.
El neoclasicismo no fue una vuelta nostálgica al pasado, sino una reinterpretación crítica del orden, la claridad y la forma. Para muchos compositores fue una manera de reclamar estabilidad, disciplina y equilibrio frente al caos contemporáneo. En este sentido, no era una regresión, sino una evolución: una forma de modernidad que se expresaba con lenguaje antiguo.
El fenómeno fue paralelo en otras artes:
En la pintura, Picasso tuvo su "época clásica" entre 1917 y 1925. "Durante este tiempo, se alejó del cubismo y exploró temas y estilos más figurativos, inspirándose en el arte clásico, especialmente en el arte griego y romano, así como en pintores como Ingres."
En arquitectura, el racionalismo con toques clásicos dominó la estética institucional. También llamado estilo internacional o movimiento moderno, fue un estilo arquitectónico que se desarrolló en todo el mundo entre 1925 y 1965, aproximadamente. Suele ser considerado como la principal tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo XX.
Casa Farnsworth (1946),
diseñada por Ludwig Mies van der Rohe.En literatura, Paul Valéry defendía la poesía formal, lúcida y estructurada, enfatizando la importancia de la forma y la estructura en la creación poética. Consideraba que la poesía no debía ser solo expresión de emociones, sino también una construcción intelectual y estética, donde la forma era tan importante como el contenido.
En danza, Balanchine fundó el ballet neoclásico con música de Stravinski. La obra más significativa que escribieron en colaboración es Orpheus (1947), un ballet en tres cuadros con música de Stravinsky y coreografía de Balanchine.
Este contexto interartístico refleja una necesidad de reencontrarse con la proporción, la inteligencia constructiva y la belleza contenida.
Un nuevo orden tras la catástrofe
Tras la Primera Guerra Mundial (1914–1918), Europa vivía el derrumbe de imperios, una descomposición moral y el descrédito de las certezas tradicionales. En un continente en ruinas, artistas e intelectuales comenzaron a buscar una vía de reconstrucción estética. Mientras el expresionismo y el dodecafonismo representaban la fractura emocional y el caos, otra corriente emergía proponiendo lo contrario: claridad, proporción, economía formal.
El neoclasicismo musical, lejos de ser una imitación del pasado, fue una respuesta crítica a la hipertrofia emocional del Romanticismo y al nihilismo de las vanguardias. Se propuso recuperar formas antiguas —la fuga, la suite, la sonata, el concierto grosso— y tratarlas con una nueva sensibilidad: la de una modernidad que conoce el colapso y quiere reconstruir sin negar el progreso.
Rasgos musicales del neoclasicismo
Uso de formas preclásicas y clásicas (fuga, suite, concierto grosso, rondó…).
Texturas claras, contrapunto riguroso y líneas melódicas desnudas.
Ironía o distancia emocional, a veces cercana al pastiche.
Tonalidad funcional, pero con libertad de modulaciones, disonancias y sobre todo politonalidad.
En algunos casos, coexistencia con elementos modernos como el jazz, la música popular o el folclore.
Formas musicales utilizadas en el Neoclasicismo
Fuga – Empleada no solo como forma, sino como textura contrapuntística evocadora del Barroco.
Suite – Rescatando la estructura de danzas (allemanda, courante, sarabanda, giga, etc.) con nueva instrumentación o armonía.
Concierto grosso – Alternancia entre concertino y ripieno, retomada especialmente por Hindemith y Stravinski.
Rondó – Utilizado como forma de finales en sinfonías y conciertos neoclásicos.
Forma sonata – Recuperada por compositores como Schoenberg o Stravinski, incluso en movimientos dodecafónicos.
Forma binaria y ternaria – Muy presentes en obras con lenguaje simple y estructura simétrica.
Tema con variaciones – Forma que permite explorar técnicas compositivas dentro de una estructura heredada del clasicismo.
Passacaglia y chacona – Formas basadas en un bajo ostinato, rescatadas especialmente en Alemania y Francia.
Sinfonía – Aunque reinterpretada con plantillas reducidas o timbres modernos (ej. Sinfonía de los Salmos de Stravinski).
Concierto solista o de cámara – En versiones estilizadas, como el Concierto Dumbarton Oaks de Stravinski, con clara alusión a Bach.
Ópera de cámara y ópera buffa – Ejemplos como The Rake’s Progress de Stravinski evocan a Mozart, incluso con recitativos secco.
Ballet de corte francés – Evocado en obras como Apollo (1928) de Stravinski.
Formas vocales antiguas (motete, cantata, madrigal) – A veces reutilizadas como punto de partida estructural o estilístico.
📘 Nota importante: Estas formas no se usaron de manera imitativa o mecánica, sino como marco para un nuevo lenguaje racional, abstracto y objetivista, en oposición al sentimentalismo romántico y a la disolución tonal del postwagnerismo y la vanguardia.
Figuras clave, sus estilos personales y obras más significativas
Igor Stravinski (1882–1971) - Estética, etapa y legado
Obras clave: Pulcinella (1920), Apollon (1928), Symphony of Psalms (1930), The Rake’s Progress (1951).
Estilo: claridad estructural, ironía, ritmos regulares, recuperación del "pathos" a través de la forma. Fue el gran motor del neoclasicismo en Francia y EE.UU.
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Pulcinella (1920): el nacimiento del neoclasicismo stravinskiano
Contexto y creación
Encargada por Diáguilev y basada en una obra del siglo XVIII con música atribuida (erróneamente) a Pergolesi. El libreto fue escrito por Massine, con escenografía de Picasso. Estreno en la Ópera de París, 1920.
Stravinski no solo orquestó: recompuso los temas originales añadiendo síncopas, disonancias y texturas modernas, creando una obra de equilibrio entre pasado y presente.
Argumento
Comedia inspirada en la commedia dell’arte, protagonizada por Pulcinella, su amada Pimpinella, y un grupo de personajes enredos amorosos, celos fingidos, una falsa muerte y una triple boda final.
Rasgos musicales
Formas danzables del barroco (gavotas, minués), reinterpretadas con giros modernos.
Orquesta de cámara con voces solistas.
Contraste irónico entre armonía clásica y recursos del siglo XX.
Humor, parodia y distanciamiento expresivo: el pasado como juego y reflexión.
Importancia
Primera obra neoclásica de Stravinski: abre una etapa estética influyente.
Reacción frente a la disolución posbélica: reconstrucción a través de la forma.
Ejemplo paradigmático de colaboración interdisciplinar (música, danza, pintura).
Modelo para futuras obras neoclásicas (como Octeto o The Rake’s Progress).
Paul Hindemith (1895–1963)
Estilo único: combina contrapunto barroco, armonía funcional expandida y un cromatismo modal original. Emplea una técnica llamada "armonía de relaciones interválicas", donde no hay jerarquía tonal, pero sí tensión-resolución dentro de un marco lógico.
Su estética busca funcionalidad, claridad formal y rigor estructural. Compuso obras para todos los instrumentos, muchas en contextos pedagógicos.
Obras clave: Mathis der Maler (1934), Sonata para saxofón alto o viola (1943), Ludus Tonalis (1942), su "clave moderna".
▶️ Sonata para saxofón alto – Hindemith (YouTube)
Darius Milhaud (1892–1974)
Miembro del Grupo de los Seis. Desarrolló la técnica de la politonalidad: usar simultáneamente dos o más centros tonales (sin conflicto, sino como expansión).
Incorporó jazz, samba y elementos del folclore brasileño tras su estancia en Río. Estilo ecléctico, vitalista, rítmico, incluso satírico.
Obras clave: Scaramouche (1937), Le boeuf sur le toit (1919), Suite provençale (1936).
▶️ Scaramouche – Milhaud (YouTube)
Germaine Tailleferre (1892–1983)
Única mujer del Grupo de los Seis. Su estilo conjuga elegancia francesa, humor irónico y claridad clásica. Escribió obras sinfónicas, de cámara, para cine y ballet. Estética cercana a Ravel, pero con menor densidad.
Obras recomendadas: Concertino para arpa y orquesta, Sonata para violín y piano, Partita para piano y orquesta.
Manuel de Falla – El retablo de maese Pedro (1923)
Obra con clavecín, inspirado en el Quijote, que recrea el teatro barroco español. Falla reinterpreta el lenguaje arcaico desde una modernidad tímbrica y escénica.
▶️ El retablo – Falla (YouTube)
Saxofón y neoclasicismo: el legado de Marcel Mule
El saxofón encontró en el neoclasicismo un contexto ideal para integrarse en la música de cámara y sinfónica. Marcel Mule, profesor del Conservatorio de París, fue clave en este desarrollo. Gracias a sus encargos surgieron obras maestras como:
Paul Hindemith – Sonata para saxofón alto
Darius Milhaud – Scaramouche
Paule Maurice – Tableaux de Provence (influida por el paisaje mediterráneo y el folklore francés, escrita para saxofón alto y piano, luego orquestada).
▶️ Tableaux de Provence – Maurice (YouTube)
Conclusión: un clasicismo sin nostalgia
El neoclasicismo no fue un simple retorno al pasado, sino una mirada crítica y lúcida: usar el orden como refugio, el equilibrio como resistencia y la forma como lenguaje frente a un siglo que perdía el suyo. Es una estética que aún hoy inspira por su tensión entre claridad y modernidad, entre tradición y ruptura.
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